
Yo nací en una ciudad de la frontera norte que se encuentra a unos 900 kilómetros de donde resido ahora, y he conocido personas que viven en constante actividad nómada, recorriendo carreteras, brincando de país en país. Tal es el caso de Babi, que es argelino de origen, ha vivido en Francia, Inglaterra y ahora atiende un acogedor hostal en Buenos Aires. El viajar, al igual que el leer, suponen conociemiento. O al menos experiencia.
Pero existe otro numeroso grupo de personas que han sido desplazadas involuntariamente, o se han desplazado a causa de problemas políticos, económicos o religiosos. Aquellas personas a las que solemos llamar refugiados. Gente que ha tenido necesariamente que avanzar hacia territorios ajenos porque los propios son hostiles. A toda esa gente que ha emigrado forzadamente y que ha sido despojada, a toda esa gente cuya ausencia equivale a dolor, a esa gente que mira al mar soñando con volver, le expreso mi más profundo respeto y admiración. Siempre.
2 comentarios:
ídem.
En cualquiera de las circunstancias, sobre todo en las más adversas, hay que aprender a llevar dentro de uno mismo su hogar, olvidarse de las fronteras y recordar que todos formamos parte del mismo planeta.
yo pense ke desplazada como yo! ke fui corrida de mi trabajo jajajjajaj
karolina
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